El planteo de la casa surge de entender conscientemente su entorno y materializar lo in materializable, un camino, un recorrido cuyo fin sea el mirar hacia al lago Los Molinos. Es así que lo que define a la construcción toda es una acción, recorrer y contemplar.

 El concepto del que nos inspiramos es el de aldea costera, con sus callecitas de recorrido sinuoso que tienen como fin el llegar al elemento agua, atravesando y conectando todos los ámbitos que componen la vida cotidiana urbana.

 Es así que analógicamente al funcionamiento de una aldea, se dispone el área social en fricción directa con este recorrido hacia el lago, el cual es significado por estas actividades al mismo tiempo que las estructura y conecta. Los diferentes elementos del programa operan como hitos singulares que acompañan este recorrido. Con el mismo principio las áreas más privadas se disponen en el volumen superior, con 5 dormitorios y 2 terrazas miradores.